Oh las veces que París/ o cualquier
ciudad del
mundo/ fue tu
cuello./
¿Qué querés que haga?/ está en mi naturaleza/ de
vampiro/ vos
nunca
dejes de
morderme.


E. Rodrígez



PARA LEER EN FORMA INTERROGATIVA

Has visto,
verdaderamente has visto
la nieve, los astros, los pasos afelpados de la brisa...

Has tocado,
de verdad has tocado
el plato, el pan, la cara de esa mujer que tanto amás...

Has vivido
como un golpe en la frente,
el instante, el jadeo, la caída, la fuga...

Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos, tus manos, tu sexo, tu blando corazón,

había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.


Julio Cortázar

domingo, 18 de octubre de 2009

circunstancial

“Parece que nuestro juego es el silencio,
jugamos a dejarnos sin palabras”

A veces es duro saberla tan cerca.
Tan materialmente construida como espejo. Tan bilateralmente unidas por un vértice que sólo es respetando su composición en dos líneas que jamás se juntaran, que se abrirán para llegar a otros puntos de la habitación, de la imaginación.

Se escucha el goteo de una sensación en el pecho. El ruido que hace el chasquido de la gota en el tórax. Se siente como si alguien abriera una canilla.

Me siento serenamente expandida, mal distribuida, emparentada con tus formas de pensar y volverte loca por tus ideas y las mías, esas que iban saltando bailarinas entre las sabanas y los desayunos. Las grandes alusiones a lo imaginario, lo simbólico, lo duramente real…

Necesito amigarme con las circunstancias, con lo increíble e inimaginable hasta que simplemente se muestra posible, redundante, aburrido.



E.B.

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