Oh las veces que París/ o cualquier
ciudad del
mundo/ fue tu
cuello./
¿Qué querés que haga?/ está en mi naturaleza/ de
vampiro/ vos
nunca
dejes de
morderme.


E. Rodrígez



PARA LEER EN FORMA INTERROGATIVA

Has visto,
verdaderamente has visto
la nieve, los astros, los pasos afelpados de la brisa...

Has tocado,
de verdad has tocado
el plato, el pan, la cara de esa mujer que tanto amás...

Has vivido
como un golpe en la frente,
el instante, el jadeo, la caída, la fuga...

Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos, tus manos, tu sexo, tu blando corazón,

había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.


Julio Cortázar

viernes, 26 de marzo de 2010

Mural de milonga

 (Escrito durante un encuentro en Villa Maternidad el 25/07/08 para impedir el desalojo de la gente que ocupaba ese lugar)




Si es necesario un punto para acarrear la dirección de fuga que luego formará un recorrido... es muy ingenuo pretender una velocidad.
Si un niño con ojos secos y piel arrugada se acerca y admira los puntos de colores que este encuentro crea... si él puede verlos, cómo es posible pensar en normativas o paranoias caprichosas de ideologías de etiqueta.
Tal vez se recaiga siempre en lo mismo, sin embargo en cada recaer hay una perspectiva que rota, se multiplica, nunca desaparece.
Cada niño aquí es una extensión...
Cada pared derrumbada es una escalera para trepar más alto y volver a construirla.
Cada golpe, cada palo. Si de eso se trata para ustedes, para ellos también será así.
Cómo pretender educar si uno mismo tiene problemas con las distancias de los cuerpos aunque no de las mentes.
Cómo pretender no educar si es necesario luchar contra uno mismo mientras sin pretenderlo se trasmite algo al otro.
Cada persona aquí y ahora está transformandome.
Pegar un grito y romper conmigo misma.
Poder tomar tu mano niño-niña, poder no tenerte miedo de que puedas desnudarme en un segundo.
Poder abrazarte... igualarme a ti.
Igualarme...
Escuchar las miradas...
Apropiarse del gusto y el aroma de este lugar.
Desapropiarnos de costumbres y caprichos.
Silenciar los miedos.
Que los tambores se hagan escuchar, que realmente encendamos el colectivo, el grupo humano...
El igual.
Hay espejos que son ojos.
Hay otros que se reflejan
Hay de los últimos: cuando uno se iguala... en ojos y espacios.












 









E.B.

Carta de mesita de luz

 
Quiero que tus ojos reconozcan que a veces quiero acariciarte sin desear.
Quiero que tu mirada en este instante fije en tu pupila que esta distancia atrapa mariposas en su red.
Es tan difícil amigarme con estas ganas de no poder acceder a tí antes de que partas... es algo así como haber encontrado muchas llaves distintas tiradas por el camino y que todas abran la misma puerta, solo que para acceder a tu río el mar brille hasta cegarme.
No se trata de nada más que palabras que van y vienen. Voces, imágenes... pero otra vez, siempre de distintas formas, el cuerpo se desvanece.
Quiero que sepas a ti que me lees ahora que lo que dijimos sobre el hilo y la lana era verdad.

Te imagino viviendo en esta ciudad. Tus ojos cuidando de los míos y yo tratando de escucharte sin tergiversarte.
Hoy son esos días en que desde que me levanté tuve sueño, esos días en que muero de ansiedad por escribir pero mi mano pierde fuerzas en querer sostener el aire.
Hoy son esos días en que no puedo aceptar que mi tristeza tiene un claro devenir... esto de los cazadores de mariposas.

Quiero que mis ojos reconozcan en los tuyos esa luz amarilla que desprendes... que aunque en las letras nunca te nombre eso es porque eres real. Y lo real vive por sí solo... mis letras son imaginarias y las alimenta una mente que no entiende de pieles que se comunican por sí solas.
Quiero que sepas que quiero gritar al fin mi verdadero nombre con las iniciales de una arrugada soledad que se me aproxima, ya sin velocidad.

martes, 23 de marzo de 2010

Tironcitos


"Ya está empezando a hacer frío para dormir solo..."

Dentro de la literatura y la vida, Simone de Beauvoir tenía razón, lo universal es lo masculino.
"Solo", y no me pierdo en mi persona (yo - sola) sino que necesité generalizar que se acerca el invierno y la soledad cobra más titulares en mi diario nocturno (o al menos la explicación que quiero dar a esta significación personal) con el artículo "o".
 Ya vienen cayendo atropellados los recuerdos de la estación pasada. Vienen corriendo todos juntos y se chocan para ver cuál llega primero, ahora que abro el ropero y saco la frazada.

Ya con la sábana y el gato no basta.

Lo único bueno es que no me vas a tirar la frazada cuando te quieras dar vuelta y dejarme desnuda frente al frío de la ventana.
Qué lindos tironcitos que eran esos...

Lo malo es no poder olvidar tu espalda. No poder despegar la sensación de lo inexplicablemente vertiginoso que era dormir abrazándote. Miro a mi derecha acostada en mi cama y las circunstancias de la vida me permiten dar cuenta de que al fin arreglaste el baño. Ya no se escucha la pérdida.....

Insomnio.
             Frío.
                   Cama de una plaza que queda grande...
 Piloto puesto... por si lluevo.



E.B.

miércoles, 17 de marzo de 2010

El espiral del que hablábamos se hace pedazos. Los hilos, las búsquedas y los desencuentros de nuestros cuentos culminaron juntos.

Las palabras y el viento que las lleva sin dueño, la arena en donde te escribo mensajes y tus suspiros que los borran antes de que te des cuenta.
El gran miedo de saltar a la baldosa equivocada, otra vez las letras, el raciocinio, la forma de comunicarse. Otra vez me roen, me atraviesan, me hacen dudar.

En vez de cortar la luz, podrían cortar la hora en ciertos momentos...

Caes a borbotones desde todos lados, gente ajena te trae a mí sin siquiera sospecharlo. Y yo ya no te nombro, sólo me naces desde adentro y te aguanto unos segundos en la garganta hasta que logro tragarte de nuevo.
Puedo mezclar... prosiguiendo esta suerte de hilo conductor con el vino y mi vaso, tu mano y lo irreal de ella.
Puedo mezclar cuando escribo, cuando recuerdo, cuando me equivoco y aún cuando acierto. Pero siempre una esencia innombrable y perversa te mantiene pura, intacta, amarilla.

Nuevamente la puerta al fondo del patio-pecho-ansia quedó abierta, otra vez el río salado que comienza su curso allí y se me resbala hasta los pies...

La luna necesita del sol para ser media... 
¿es un hecho triste o es mi animosidad lo que lo crea?


 

E.B.

lunes, 15 de marzo de 2010

ENROSQUE COTIDIANO

Camino a casa pensaba en el significado de estar en guerra con las cosas. En la resistencia.
Apenas llegué busqué en el diccionario la palabra incurrir... decía: "causar, atraerse el sentimiento designado". Cerré el libro y me cerré yo también. Me fui a acostar y abrí la ventana esperando que alguna de estas noches dejes de asaltarme a los bordes de la cama y salgas volando en busca de gatos en los tapiales.
La sábana de tu fantasma siempre me toca la mejilla derecha, es en vano querer verle la cara. Nunca alcanzo a destaparla que se mete en mis sueños y despierto con sabor a café amargo y un gusto en la boca a cenicero de días.
Los dedos de mi mano encojen, no me quedan más uñas para agarrarme a las paredes y limarlas, limarme.
Te vivo en silencio, juré a mis manos no volver a escribirte pero convencí a mis ojos que algún día te encontrarían por las calles de la cañada.

(No se cómo desvalijarte, necesito terminar esta guerra conmigo misma, mi consciente, mi inconsciente).

Salado, dulce o amargo: ¿lo amargo vendría a ser el equilibrio entre estos dos opuestos?

Y ahí vamos de nuevo... agarro las palabras y busco una balanza de significados. 
Incurro, siempre incurro.

E. B.