Oh las veces que París/ o cualquier
ciudad del
mundo/ fue tu
cuello./
¿Qué querés que haga?/ está en mi naturaleza/ de
vampiro/ vos
nunca
dejes de
morderme.


E. Rodrígez



PARA LEER EN FORMA INTERROGATIVA

Has visto,
verdaderamente has visto
la nieve, los astros, los pasos afelpados de la brisa...

Has tocado,
de verdad has tocado
el plato, el pan, la cara de esa mujer que tanto amás...

Has vivido
como un golpe en la frente,
el instante, el jadeo, la caída, la fuga...

Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos, tus manos, tu sexo, tu blando corazón,

había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.


Julio Cortázar

jueves, 19 de julio de 2012

ZAMBA



Revolución:
de vos en mí,
de mí en mí.

Esto de escuchar la piel,
de tocar tus oídos con mis ojos hambrientos.

El problema no es dice Silvio...
Tantas cosas son en realidad un enojo no explorado.
Tantas noches me pasaré de ahora en más repasando tu sangre apretándome, tus brazos llorándome, tus pestañas cerrando la posibilidad de insistirte.

Tantos días caminaré mis ansiedades.
Me declaro cobarde. Me escupo nostálgica, te enveneno de palabras porque no me sale el cuerpo de nuevo.
¿Regalarte mi euforia por vivir?
¿Cegarme en tu carozo de luna?

No sé cómo caminar este camino. Alguien me dijo que vos ya andabas por otro... y eso no se olvida. Alguien dibujo su futuro en tus manos... y eso... todos esos mundos posibles conviven juntos, casi diría sin muchos disturbios entre ellos.
La confusión puede ser desesperante para el sujeto pero nunca para el objeto. El objeto se vuelve calmo, llano, infinito...

Entonces si yo te pregunto por qué tu mirada se desvía...
Entonces si presiento que tus ojos se terminan, que el sentimiento confronta, que esto no es idea mía.

Falta mucho... Dijeron 50 años.
Me falta mucho, aún no se si se trata de orgullo.


E.B.

lunes, 2 de julio de 2012

La ciudad de los espejos







Tengo el pecho lleno de movimiento.

De repente apareció una fotografía vieja... pero intacta. Acaricié una imagen que creí nunca volver a recordar.
La ciudad de los espejos... donde todo era un mismo reflejo.

No puedo volver al pez, ni a la silla ni a la taza de colores del jardín.

Pesadez de las palabras... no salen de mi boca, solo de mis manos.
Amargura por volver a repetir mi hábito con vos, oxidado... pensé.
                                                                                                                  (Y me equivoqué.)

La mujer sin palabra sigue hablándome. Contesta a mis argumentos aunque nunca vaya a pedirmelos. (desde el pecho, pero sin piel.)

Te siento terriblemente en el pecho,
          pero
      sin
 piel
                                           (El tuyo... ¿qué sentirá?)

Quiero tus manos, no las manos.
Quiero tu nariz, no el engaño de otras narices.
Quiero tu cuello y tus besos. Y en eso me he vuelto innegociable.


E.B.