Oh las veces que París/ o cualquier
ciudad del
mundo/ fue tu
cuello./
¿Qué querés que haga?/ está en mi naturaleza/ de
vampiro/ vos
nunca
dejes de
morderme.


E. Rodrígez



PARA LEER EN FORMA INTERROGATIVA

Has visto,
verdaderamente has visto
la nieve, los astros, los pasos afelpados de la brisa...

Has tocado,
de verdad has tocado
el plato, el pan, la cara de esa mujer que tanto amás...

Has vivido
como un golpe en la frente,
el instante, el jadeo, la caída, la fuga...

Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos, tus manos, tu sexo, tu blando corazón,

había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.


Julio Cortázar

martes, 17 de enero de 2012

Te estoy viendo parado, ojos marrones exaltados de tanta nada, porque al final es nada. Te percibo tan preocupado de existencia que me da… nostalgia.

Si me libero y nunca paro te diría que tanta palabra puede alterar tus sueños. Te diría que te desvivas por no controlar tu bestialidad y además, porque creo que este momento me eriza el cuerpo,

                                                                        Y de hecho lo hace.

 Si venís, venís. Pero qué gran engaño esto de pensar. Qué gran engaño esto de escribir, de crear significaciones.

No se puede con el discurso. Mi pelea con las palabras proviene de la exacta y estratégica verdad, de no poder vencerla.

¡Bienvenido sea tu discurso! Yo, prefiero no tenerlo, DECIDO no elegir.

 Pero me duele el alma… escucho un bandoneón y me duele el alma. ¿Alguien puede justificar tal aberración? ¿Alguien me dice qué sustancia/relación tiene un bandoneón?

¿Alguien osa interpretar este papel?

 

Escuchame.
Este mareo de sensaciones que mi cabeza invita es mentira, es creado, es buscado.

Mirame… interpretá, pero no lo creas.
Percibí, pero no memorices.
Besame, pero no lo recuerdes.

Si de algo se trata esta madrugada es de tu piel irreconocible y de esas palabras que tantas mentiras se divierten interpretando.

Buscame, pero no te guíes de nada.
Encontrame, pero no me avises.
Último viento, las persianas se deben cerrar, la locura debe dormir, las mentes deben ser inteligentes, esto debe acabar.  

Lo adecuado sería destruirnos, pero naturalmente mi raciocinio no lo permitiría. Tu voz puede elevarme, pero no, lo adecuado es destruirte.

Lo moral es clasificarte… al no existir tal posibilidad debo despedirme.
Esto es arte por arte. Esto es post-modernidad.
Esto es pensar que me desgasto.
Sin embargo…

el límite es lo que dirige esta pluma.

El límite soy yo.
Nuestro límite existirá cuando
ni vos ni yo tengamos PODER

poder de ansias
poder de excusas
poder de poder

 el límite es nuestra no-existencia.
 

                                                                             ¿Te animás a besarme los pies esta madrugada?

E.B.