Oh las veces que París/ o cualquier
ciudad del
mundo/ fue tu
cuello./
¿Qué querés que haga?/ está en mi naturaleza/ de
vampiro/ vos
nunca
dejes de
morderme.


E. Rodrígez



PARA LEER EN FORMA INTERROGATIVA

Has visto,
verdaderamente has visto
la nieve, los astros, los pasos afelpados de la brisa...

Has tocado,
de verdad has tocado
el plato, el pan, la cara de esa mujer que tanto amás...

Has vivido
como un golpe en la frente,
el instante, el jadeo, la caída, la fuga...

Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos, tus manos, tu sexo, tu blando corazón,

había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.


Julio Cortázar

martes, 15 de junio de 2010

Alfileres de algodón


Monótona vida de alfileres mojados…
Remotas circunstancias que viven más que el verdadero hecho.
El vacío en el estómago, ese hambre poco interesado que me arrebata el centro de mi cuerpo, lo desequilibra, le crea un peso de importancia que nunca logro comprender.

La verdadera inconciencia, el no saber razonar... De alguna forma siempre termino entre tus sábanas de alambres, otras veces son de plumas. Cómo elegir, si algunas veces eres tan hermosa, y otras, todo es homicida.
¿Para qué servirán las decisiones si las circunstancias son trocitos de pan que vamos comiendo como palomas que necesitan de alguien más?

Monótona vida de alfileres quebrados justo en la punta; inútiles, inservibles. No pinchan, no mueren, no se levantan pero insisten en que se los acepte aún sin punta ni filo para las palabras.

El vacío se mezcla en la garganta, sube y baja hasta allí. Algo se ciega y siento un puente duro de atravesar para poder llegar de mi saliva a mi pecho.

Mi alfiler sin punta.
Mi vida monótona.
A ti te hablo.


E.B.

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