Cómo se hará para recomenzar todas las mañanas sin paños fríos sobre la frente.
Será cuestión de edades y sin sentidos.
Será cuestión de empezar a gritarse con voz más baja, susurrar las directivas, acariciarse los pies mientras encaminamos la página.
Mandaré un ultimátum a todas las sinonimias entre vos y yo. Las estrellas son fugaces en nuestras identidades.
Dar imperativos abstractos no solucionará este costado de la cadera si no descargo la mochila equivocada que cargué. El desnivel que violentamente cavaste en el piso no se empareja tirando tierra tampoco.
A veces coinciden los momentos, (el de la piel roja pero seca), el momento de las imposibilidades de concretar nada más que palabras, y preguntarse cuánto de novedad traerán las significaciones de estos dolores instintivos.
El ruido de una hoja arrancada del cuaderno puede aturdir.
Recuerdo descubrir un horizonte redondo desde un faro y enloquecer. (Los ojos brillaron igual que tu primera aparición aquella vez).
¿Qué es lo nuevo?
Esto lo es. Y no es mucho.
La palpitación de la espera, la ansiedad del reloj barriendo poco a poco aquellas palabras hasta transformarlas, maldito tiempo dueño de mis esperanzas.
Quiero unas manos que me acaricien y quiero que sean las mías primero.
Dale, ya sabes que si hablo demasiado voy a empezar a inquirir para que digas lo que ya nunca tus labios volverán a decir.
Me acepto en reparación.
¿Qué es lo nuevo entonces?
El tiempo, lo de siempre y lo que nunca imaginamos.
E.B.
Eli!! me gustó lo que escribiste. Es como que disfruto cada palabra porque cada una porta un significado, un sentimiento o un momento distinto.
ResponderEliminarEl lunes te vi en la facu!!! pero no me animé a saludarte ja, porque estabas hablando con una chica y no me quise meter... la próxima nos tomamos unos mates?? besos