Se que recordaré donde guardas el cenicero de tus esperas y asombros.
Se que olvidaré los cigarros que por ti consumí para no tallarte perfecta, como acostumbro a vestir la naturaleza humana, imperfecta como la espera.
Se que recordaré tus cosquillas inquietas y sonámbulas que vagan día y noche sobre tu piel de tergopol.
Se que olvidaré el calambre de clímax que me provocan tus ojos color té disparándome palabras hechas cuerpo.
Se que recordaré tu debilidad por sofía, ciencia inexacta de tu vida, como también tallaré esos dedos que tantas vueltas de página le dieron a mis creencias.
Se que olvidaré los latidos que despertaron y durmieron mis pies al descubierto, cuando las sábanas cayeron al suelo y el placer nos abrazó bajo la lluvia de octubre y esa luna, que no fue de miel, sino de culpa y pecado, exquisitos placeres que bebimos hasta ahogar.
Se que recordaré tus labios que en medio de gemidos de placer y suplicando por más, pronunciaron -provocándonos- “no te enamores de mí”.
Y se que por eso olvidaré recordar que el olvido tal como el amor no existen. Las creaciones humanas se pueden abatir, pero la base de tus ojos y tu ámbar de aliento respirando sobre el mío, serán el placer más vivo que recuerde en tu olvido.
E.B.
Eli hermoso, este es el q mas me gusto,el q mas me llego,profundo,sentido,bello d verdad.
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