Por qué la coincidencia. Tu carta vieja, tan vieja.
El fantasma, la teoría, el pensamiento.
Una simple distracción me lleva hasta tus huecos: vacíos, mis venas: vacías.
Da lo mismo, todo quedó en un destiempo. Y da lo mismo entenderlo, aceptarlo, dejarlo ir y contenerlo. Da lo mismo porque es imaginario, irreal, inexistente.
La practicidad del vivir, la inconsistencia polidimensional del tiempo concreto… la discrepancia del verdadero tiempo interior.
Y lo peor…
El miedo a que el tiempo de verdad esté sobrando entre nosotras…
E.B.
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