No se a donde quedo todo…
Lo mio, mis juegos de manos y conciencias, mis letras… lo que sea que haya sido mio, creído mío.
Te extraño.
No hay juegos de palabras, no hay profundidad mas que la totalidad del aire. ¿Qué más puedo yo crear?
Te tropiezo entre libros viejos y manos nuevas. Se me han vaciado las palabras, ya no encuentro el regocijo, el desagote, la bahía...
Mas allá, más acá... ni nombremos el medio...
Un cuerpo pide que le mire a los ojos, lo repite, me confronta. Mis ojos están como pegados, igual los abro, igual los libero de mi mente vieja.
Tal vez pueda perdonar, pueda limpiar las astillas, que duelen, que se esconden, que reniegan de las pieles nuevas.
Qué gran error el que pensó que el amor bastaba...
E.B.
Una rayuela al cielo, genial.
ResponderEliminarY en efecto, qué gran error hemos cometido algunos...