Comprendo que realmente dentro de mi baúl de letras sólo tú tienes la llave. Desde ahí salen a borbotones las dudas, las búsquedas, los cánticos y la oratoria ensayada ya mil veces.
Todo empezó al encontrar el baúl, entre energías que eran poderes recién naciendo. Y yo que no sabía muy bien qué hacer con ellos. Y tú que decías que adentro había un genio de esos de lámpara.
Todo se va desprendiendo, fugazmente.
Eso sí, así como sólo vos tenés la llave no puedo no enceguecerme con un solo ojo.
Me cuesta simplemente ir sin flecha. No sé a donde apuntar cuando intento eso del vivir.
Lo único que grité es no saber abrir el otro ojo, para realmente ver cuántas veces llevo vivida la vida que mataste la primera vez. (¿Cuánto tiempo la llevaré viviendo?)
E.B.
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