No te fuiste, claramente todo sigue ahí. Permanece.
De todas las formas... Vive.
Fue como si el tiempo no hubiera pasado, o al menos como si todo lo que pasó en estos años no detuviera nuestros besos.
Sedientos,
voraces,
urgentes.
Lo único que había olvidado lo recordé en la primer caricia que recorrió entera tu cuerpo.
Y sí ví caer.
Tu lágrima correr...
Sí. La borré. Sin preguntas.
Aquí sí los años entre nosotras me enseñaron a no tener que necesariamente poner palabras a todo.
El símbolo sobrevive igual sin palabras.
Sos signo.
Sin embargo... la memoria de los cuerpos,
las manos que se buscaban para no abandonarse mientras la noche avanzaba rápido,
muy rápido...
Los cuerpos resisten e insisten... Son inquebrantables.
Nada puede torcer su corteza.
Has quedado en mí tallada, dormida sobre mi cuerpo. Si en la tristeza no hay belleza qué hago con esta luna pellizcada que me mira, me invade.
Mi cuerpo debe olvidar.
E.B.
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